¿Qué es el peeling químico?
El peeling químico es un tratamiento dermatológico que tiene como objetivo renovar las capas superficiales de la piel a través de la aplicación de soluciones químicas específicas que provocan una exfoliación controlada. Este proceso impulsa la eliminación de células muertas y estimula la producción de nuevas células en la epidermis, lo que conduce a una piel más suave, uniforme y rejuvenecida.
El procedimiento comienza con una limpieza profunda de la piel para luego aplicar la solución química elegida. Una vez que actúa, la solución se neutraliza o se retira. A medida que la piel se recupera, las capas superiores se descaman o pelan, revelando una nueva piel, más fresca y menos dañada por debajo.
Desde un punto de vista técnico
Al eliminar la capa córnea, se facilita la penetración de otros activos y productos de cuidado de la piel, lo que permite que actúen de manera más eficiente.
Algunos ácidos, como el ácido salicílico, también pueden ayudar a regular el pH de la piel, beneficiando especialmente a las pieles con tendencia acnéica al mantener un ambiente menos propicio para el crecimiento bacteriano.
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Químicos más utilizados
Recomendaciones tras un peeling químico
Después de someterse a un tratamiento de peeling químico, la piel se encuentra en un estado delicado y susceptible a varios factores externos. Para garantizar una recuperación óptima y obtener los mejores resultados posibles, es esencial seguir algunas recomendaciones:
- Evitar la exposición solar: La piel estará sensible y más propensa a quemarse fácilmente por el sol. Es fundamental evitar la exposición directa durante, al menos, una semana después del tratamiento, aunque esto puede variar según la profundidad del peeling.
- Usar protector solar: Cuando salgas al exterior, incluso en días nublados, aplícate un protector solar de amplio espectro con un SPF alto. Esto protegerá tu piel de los dañinos rayos UV y evitará la hiperpigmentación.
- Hidratación: Es crucial mantener la piel bien hidratada para favorecer el proceso de curación. Usa cremas hidratantes recomendadas por tu dermatólogo.
- Evitar productos irritantes: Durante la recuperación, evita usar productos que contengan ácidos, retinoides o cualquier otro ingrediente que pueda irritar la piel.
- No arrancar la piel que se descama: Tras el peeling, la piel comenzará a pelarse. No debes arrancar ni tirar de la piel descamada, ya que esto puede provocar cicatrices o infecciones.
- Mantener la piel limpia: Es importante lavar la piel con suavidad utilizando limpiadores suaves y evitar los exfoliantes durante el proceso de recuperación.
- Evitar actividades que induzcan sudoración: Las actividades intensas, como el ejercicio, pueden provocar sudoración y, por lo tanto, irritar la piel tratada. Es recomendable esperar varios días antes de reanudar estas actividades.
- Limitar baños calientes: El agua caliente puede ser irritante para la piel después de un peeling. Opta por duchas cortas con agua tibia.
- Consultar antes de usar nuevos productos: Antes de introducir cualquier nuevo producto en tu rutina de cuidado de la piel, consulta con tu dermatólogo para asegurarte de que sea adecuado.
Sobre el autor
Esteticista profesional con años de dedicación en el área. Me considero un auténtico apasionado por el cuidado personal, especialmente en manos y pies, y por ello, intento compartir mi conocimiento con los demás.
